Evangelio Según San
Juan
Fecha. Año 100
aprox.
Los tres
primeros evangelios son muy parecidos, narran los mismos hechos, cada uno según
su forma peculiar, pero todos tienen el mismo fundamento, surgen de la misma
tradición, reproducen los mismos discursos y los mismos gestos de Jesús. En
cambio el Evangelio de San Juan no coincide con los otros ni en los discursos
ni en los hechos de Jesús (salvo en contadas excepciones). No solamente el
contenido es diferente, sino también el orden en que las cosas están narradas y
el estilo mismo de las palabras de Jesús.
El autor del Evangelio: Esta familiarizado con el judaísmo. Conoce la
liturgia del Templo de Jerusalén, pertenece a un grupo de judíos helenísta.
Habla su lengua griega. Es alegórico.
Finalidad:
"Todos estos signos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo tengan vida en su nombre" (20,
31).
Revelación del
Padre (Jn 1,18;12,45;14,9) la única forma de ver a Dios es poniendo la mirada
en Cristo.
Cristo: “Hijo de
Dios” ( Jn 20,31ª) es igual al Padre Jn 5,18, desde toda la eternidad (Jn
1,1-18; 17,5) CRISTO ES DIOS
Recurriendo a
los simbolismos, a la liturgia judía y a los sacramentos cristianos, San Juan
nos ha mostrado quién es Jesús: el Mesías Hijo de Dios. Es el único de los
evangelistas que nos ha dicho abiertamente que Jesús es uno con el Padre y que
es Dios.
También es el
único entre los Evangelistas que nos ha permitido ver que la fe nos une
íntimamente con Cristo y con el Padre, y que esta unión nos hace participar ya
desde ahora de la presencia del Espíritu Santo y nos introduce también desde
ahora en la vida eterna.
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“YO SOY”
Jn 6,35.48 “ Pan
de vida”
Jn 8,12; 9,5
“Luz del mundo”
Jn 10,7.9 “La
puerta”
Jn 10,11.14;
11,25;14,6;15,1 “El Buen Pastor”
Todo se da en un contexto litúrgico:
“ Se
acercaba la Pascua, la fiesta de los
judíos. ” ( Jn 6,4)
“
multiplicación de los panes” (Jn
6,1-14)
“Yo
soy el Pan de vida” (Jn 6,35.48)
El mandamiento
nuevo: “amensen los unos a los otros como Yo los he amado”
San Juan nos
dejo un signo maravilloso: el lavatorio de los pies