Trabajos Practicos 1º Trimestre

Trabajo de Investigación 2º Trimestre

Reflexión personal

Caminando hacia la Pascua. (mirando el corazón)

(Jn.2,13-17.23-25)

Leemos la Palabra de Dios:

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.» Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá. Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior del hombre.”

Algunos elementos para pensar y reflexionar...

· Jesús entra al templo: A la casa de su Padre. Y no acepta que ya no sea casa de Dios, lugar de encuentro entre el hombre y Dios. Allí donde Dios es dueño y Señor.

· El templo puede ser signo de nuestro propio corazón. Allí Dios quiere ser el único Señor. No quiere compartir nuestro corazón con otros amores. El amor verdadero es total y para siempre. Exige la entrega definitiva y completa de quienes se aman.

· Así como en el templo, es en el propio corazón donde tenemos que aprender a encontrarnos con Dios. Allí es donde Dios nos habla y nos enamora. Necesitamos hacerle espacio a Jesús en nuestro interior. Para ello debemos acallar muchos ruidos, muchas voces que nos dispersan y distraen. Un cierto ámbito de soledad y silencio es indispensable para madurar la vocación. Soledad que es espacio para ser llenado con la presencia de Dios. Silencio que es el ámbito necesario para que Dios hable.

· Jesús al entrar en nuestro corazón saca todo aquello que es contrario a Él. Un corazón limpio es necesario para ver claramente a Dios y a sus signos. Lo que más nos enceguece es el pecado. Algunos se nos han convertido como una especie de hábito que no nos es fácil abandonar: egoismo, sensualidad, soberbia, pereza, mediocridad, tristeza, falta de veracidad. Pecamos contra la fe cuando pensamos que Dios no tiene un proyecto claro para cada uno de nosotros. Pecamos contra la esperanza cuando nos dejamos ganar por los miedos frente al futuro. Pecamos contra el amor cuando no nos confiamos en sus manos.

· También otras cosas llenan nuestro corazón. Cosas que son buenas en sí mismas pero que nos distraen y dispersan. La tentación puede ser quererlas todas juntas a la vez. O no poder renunciar a ninguna. Puede haber algo a lo que estoy aferrado o quizás esclavizado y no me puedo desprender. Son muchas las cosas que desea mi corazón. Cuando Dios llama a seguirlo no quita el gusto por otras cosas.. Pero me hace experimentar que Él puede saciar mi anhelo más profundo de amor y felicidad.

· Adentrarse hasta el fondo del corazón, allí donde se esconden nuestros deseo más hondos y también nuestras intenciones más ocultas es lo que Jesús hace cuando lo dejamos pasar. Jesús purifica el corazón no con un látigo sino con la violencia del amor. Una santa violencia es necesaria para quitar aquellos vicios que están muy arraigados en uno. Una vida ordenada donde podamos jerarquizar y ubicar las distintas ocupaciones y cosas que llevamos en el corazón: la familia, los amigos, el estudio, la parroquia. Una vida de oración donde además de encontrarnos con Él podamos ir descubriendo su proyecto de vida para cada uno. La vida de gracia, ya que a través de su presencia santificante purifica e ilumina todos los ámbitos del corazón: la eucaristía y la confesión frecuentes, la devoción a la Virgen María, el mantener y cuidar la paz del corazón.

Preguntas para la reflexión personal.

  1. Podrías explicar las frases de Jesús. «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.» «él sabía lo que hay en el interior del hombre» según el texto y la reflexión posterior.
  2. ¿Dejo que Dios entre en mi corazón, me siento amado/a por Dios? ¿en que momento siento este amor?
  3. ¿Cuales son aquellas cosas, trabas, piedras que me alejan del amor de Dios, ya sean personales o que provienen del medio exterior en que vivo?
  4. ¿Cuales son caminos que utilizo para encontrarme con Dios? (oración, la Misa, visitando una Iglesia, leyendo la Biblia…..)
  5. ¿Cuál es el deseo mas profundo de mi corazón, que me haría realmente feliz? Donde esta tu felicidad plena, esta el deseo de Dios. ¿trato de empezar ese camino de felicidad… dando hoy pequeños pasos? ¿voy encontrando mi camino personal, mi lugar en el mundo, en la sociedad?
  6. ¿Llevo una vida ordenada, cuales son los valores más importantes, porque?
  7. ¿Qué es lo que debo cambiar?
  8. ¿Qué es a lo que debo renunciar?
  9. ¿Qué medios pondrías para ir purificando tu corazón?

Si avanzamos un paso más y no pensamos ya en lo personal, que podríamos reflexionar acerca de los jóvenes y de la sociedad de hoy:

  1. ¿Cuales son aquellas cosas que a muchos jóvenes los hacen alejar de Dios? ¿Que lugar ocupa Dios en sus vidas? ¿Qué reflexión podes hacer al respecto?
  2. ¿Cuales son aquellos problemas sociales que vos crees que impiden vivir este amor de Dios en nuestra comunidad? ¿podrías dar algún ejemplo de algún hecho reciente?
  3. ¿Podrías hacer una escala de valores que prioriza la sociedad de hoy? ¿que escala de valores tendría que vivir la sociedad?